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El polémico Salto de Chira, una desaladora y una central hidráulica para almacenar renovables y frenar la sequía en Gran Canaria

El inédito proyecto impulsado por el Cabildo insular y Red Eléctrica se encuentra ya en un 40% de ejecución, pese a la contestación social que ha enfrentado

Varias responsables políticas e institucionales, entre ellas la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, visitan el pasado marzo las obras del Salto de Chira.
Guillermo Vega

“Proeza” o “atentado medioambiental”; “proyecto tan estratégico y singular” o “engaño a la ciudadanía”. Pocas infraestructuras han causado en Canarias una defensa más enconada y un rechazo más visceral que el llamado Salto de Chira: un proyecto que se puso en marcha en 2011 y que busca aprovechar dos grandes presas en el suroeste de Gran Canaria, las de Chira y de Soria (la mayor de Canarias con 32 millones de metros cúbicos de capacidad) para construir una central hidroeléctrica de bombeo reversible de 200 MW de potencia, asociada a una desaladora que deberá asegurar el caudal y paliar la creciente sequía en la isla. Red Eléctrica saca pecho: esta es, asegura el operador del sistema eléctrico, la primera vez que se construye una desaladora asociada a un bombeo.

El Cabildo de Gran Canaria —el dueño de las instalaciones—, Red Eléctrica —el concesionario del proyecto—, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) —la entidad que la financia— y el Gobierno de España prometen un antes y un después para la isla tras esta obra. “Salto de Chira es la gran batería que va a permitir que, a partir de 2027, entre el 50% y el 70% de nuestra energía sea limpia”, en palabras del presidente del Cabildo, Antonio Morales (Nueva Canarias). “Pero, además, vamos a reducir en un 20% las emisiones, ahorrar 120 millones de euros al sistema y realizar en el barranco de Arguineguín la mayor restauración ambiental de Canarias”.

La obra, presupuestada en 391 millones de euros, se encuentra en estos momentos en un 40% de ejecución y entrará en funcionamiento, previsiblemente, en 2027. Una vez en marcha, REE pagará al Cabildo de Gran Canaria un canon anual de seis millones por su uso.

La central empleará parte de la energía renovable no integrable en el sistema de la isla en los momentos de mayor generación para, en primer lugar, alimentar la desaladora —dotada de un sistema de ósmosis inversa para desalar 2,7 hectómetros cúbicos al año—. El agua tratada se impulsará hasta el embalse de Soria por medio de una conducción de 19,11 kilómetros siguiendo el curso del barranco de Arguineguín.

Una vez la presa de Soria cuente con un volumen mínimo, comenzará funcionar todo el sistema: el agua se bombea con parte de la energía renovable generada en la isla hasta la presa de Chira, donde permanecerá almacenada hasta que sea necesario devolverla al sistema a través de un salto de agua hasta la presa de Soria.

¿En qué consiste el salto?

Lomo la Palma

6

Embalse

de Chira

Chimenea de

equilibrio

El agua se trasvasa de un embalse a otro según las necesidades

Caverna

artificial

4

Embalse

de Soria

5. Seis

turbinas

-bombas,

generador y

transformador

(200 MW)

Barranco de

Arguineguín

400 mm

Santa Águeda

600 m

3

Bombeo

2

Desaladora

17,5 Km

1

Captación

submarina

Fuente: Salto de Chira.

NACHO CATALÁN / EL PAÍS

¿En qué consiste el salto?

Lomo la Palma

6

Embalse

de Chira

Chimenea de

equilibrio

El agua se trasvasa de un embalse a otro según las necesidades

Caverna

artificial

4

Embalse

de Soria

5. Seis

turbinas

-bombas,

generador y

transformador

(200 MW)

Barranco de

Arguineguín

400 mm

Santa Águeda

600 m

3

Bombeo

2

Desaladora

17,5 Km

1

Captación

submarina

Fuente: Salto de Chira.

NACHO CATALÁN / EL PAÍS

¿En qué consiste el salto?

Lomo la Palma

Chimenea de

equilibrio

6. Embalse

de Chira

El agua se trasvasa de un embalse a otro según las necesidades

Caverna

artificial

4. Embalse

de Soria

Barranco de

Arguineguín

5. Seis

turbinas-bombas,

generador y

transformador

(200 MW)

400 mm

600 m

Santa Águeda

2. Desaladora

3. Bombeo

17,5 Km

1. Captación

submarina

Fuente: Salto de Chira.

NACHO CATALÁN / EL PAÍS

Esta obra pretende replicar, a mucha mayor escala, Gorona del Viento en la isla de El Hierro —un parque eólico asociado a una central de bombeo, participado mayoritariamente por Endesa y el Cabildo insular— que se puso en marcha hace 10 años y que ha logrado que la menor de las islas canarias se haya mantenido con energías renovables durante 24 días seguidos.

La central, según datos de la empresa, asegurará almacenamiento para un máximo de 18 horas para la potencia instalada en la isla. Equivale a 20 millones de lámparas LED o 45.000 viviendas de la isla, con una capacidad “28 veces superior a la mayor batería de litio del mundo”.

Uno de los problemas es que, a diferencia de El Hierro, el sur de Gran Canaria sufre una grave sequía (en el municipio de Mogán llueve 12 días al año, según el Ayuntamiento). Es decir, la naturaleza no aporta a esta parte de la isla la suficiente agua, lo que, según sus promotores, hace necesaria la creación de una desalinizadora (en la isla hay una cincuentena).

Esta no solo deberá servir para que la central funcione: el Cabildo sostiene que el proyecto “hará posible garantizar la seguridad hídrica en el 60% del territorio gracias al excedente anual de 660.000 metros cúbicos de agua que se destinarán a la agricultura y la ganadería, la lucha contra los incendios o la reforestación”, según completa Red Eléctrica (REE), en el dosier del proyecto.

El plan, aseguran sus promotores, se completa con una serie de esfuerzos para limitar el daño medioambiental y paisajístico, con un plan de restauración ambiental del barranco, al que la eléctrica destinará 3,4 millones y que, explica, incluye la creación de una senda transitable, la erradicación de especies invasoras y recuperación de las autóctonas.

A la izquierda, el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, habla con la presidenta del Banco Europeo de Inversiones, Nadia Calviño. Están en los túneles de acceso de Salto de Chira el pasado 28 de marzo. También están la ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen (cuarta por la izquierda) y la presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor (quinta por la derecha).

El 28 de marzo, Antonio Morales ejerció de anfitrión en una visita institucional a la que acudió la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen; la presidenta del BEI, Nadia Calviño; y la de REE, Beatriz Corredor, entre otras autoridades. Durante la visita, todos ellos ensalzaron al unísono el valor estratégico y la ejecución del proyecto. “Es emocionante ver cómo se materializa un proyecto tan estratégico y singular”, afirmó Aagesen; “es una proeza de la ingeniería”, celebró Calviño.

El proyecto, sin embargo, ha contado con numerosos detractores entre la sociedad. En los primeros años de la década se sucedieron las manifestaciones, que, sin embargo, no lograron frenar la obra. “Yo lo llamaría el bombeo de Soria, en vez de El Salto de Chira”, explica por teléfono Gilberto Martel, ingeniero técnico industrial especialista en Aguas y portavoz del Colectivo Ecologista Turcón. “Lo relevante del proyecto es el bombeo. Yo lo llamaría el bombeo de Soria”, sentencia.

“Se da una idea errónea a la ciudadanía, de que es un proyecto positivo de energías renovables. No es así”, asegura. “Es un bombeo, y como no hay recursos naturales disponibles, implica la desalación de agua de mar, su bombeo hacia las cotas de Soria, con todo el gasto energético y el impacto ambiental que supone. Esa agua aún se tiene que bombear de nuevo al embalse de Chira antes de generar energía con el salto. Al final, este es un sistema deficitario energéticamente”, denuncia.

Pared de la Presa de Soria, en Gran Canaria, el 28 de marzo.

Otras fuentes consultadas conceden que cualquier sistema de almacenamiento es deficitario energéticamente hablando. Argumentan que generar con energías renovables y contar con almacenamiento resulta rentable frente a la generación con combustible fósil. Asimismo, justifican, la dupla de generación renovable y almacenamiento no emite gases de efecto invernadero y sustituye a la generación basada en combustible fósil, integrando mayor energía renovable, como ocurre ya en la isla de El Hierro.

Martel critica, a su vez, el modelo privado del proyecto. “En Gran Canaria, las energías renovables se están implantando mayoritariamente a través de grandes corporaciones, como Naturgy, Ecoener, Iberdrola y algunos fondos de inversión asociados. En un sistema energético aislado, como es el canario, se puede inyectar energía en el sistema cuando hay demanda suficiente, con lo cual no se puede rentabilizar al máximo la inversión”. Y concluye: “Proyectos como el Santo de Chira están pensados para que estas empresas y fondos no dejen de ganar dinero e inyectar energía en el sistema, privatizando los beneficios y colectivizando los impactos ambientales”.

Los vecinos de la escarpada zona ven con esperanza la iniciativa. “El 90% de los vecinos están a favor del proyecto”, afirma Borja Artiles, presidente de la Asociación de Vecinos de Barranquillo Andrés y Soria-Guapil. “Somos un pueblo que se basa en la agricultura y la ganadería. Y aquí no hay agua. La obra nos da esta esperanza: que así se garantice el suministro de agua para toda la vida”.

Jonathan Cazorla, presidente de la Asociación de Vecinos Bentorey se queja, en cambio, de que la longitud de una senda peatonal comprometida será de apenas dos kilómetros, frente a los 12 pactados. Pero también aplaude: “A nadie le gusta que haya obreros o excaven para meter tuberías, pero aquí no llueve en condiciones desde 2010, las presas están vacías. Cuando acabe tendremos agua. ¿Los torreones con tuberías? Para traer la luz también hicieron falta, y estar a oscuras no era opción”.

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